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11 dic 2011

sal de la burbuja.

Mi madre siempre me dijo que yo vivía en una burbuja. No una burbuja real, claro está, sino en una que me aislaba del mundo. Y yo siempre le recriminé que había sido ella la que me había encerrado dentro.  La verdad es que en algunos momentos me gustaría sentirme más protegida, ciertamente como si nada ni nadie pudiese hacerme daño. Luego llega el momento en el que sabes que esto no será jamás así. Cuando tienes dos años, el que te hiere (sicológicamente) es el monstruo de debajo de la cama. A los cinco, la niña del colegio que te tira del pelo. A los ocho, el chico que te da con el balón de futbol. A los doce, la profesora que te hace la vida imposible. A los catorce, el que te gusta y pasa de tí. A los dieciseís nunca falta el primer amor que te engaña con otra. Y podríamos seguir. A lo que me refiero es ¿por qué no aislarse? ¿por qué no una burbuja? Pues muy sencillo, porque aún hay gente que tiene valor. Fuerza. Cojones. Llamalo como quieras, quitalé el polvo y usaló. Para algo pasamos de ser monos a ser humanos, para afrontar lo que haga falta sin echarse a llorar. Esto me lo enseñó mi madre, que también fue la persona que pinchó mi burbuja. Gracias. ¿Y tú a que esperas para hacer lo mismo? Te voy a confesar una cosa... nadie, y digo NADIE, por mucho que te quiera, ame, idolatre o adore va a ser capaz de sacarte a la realidad si tu no abres los ojos, esa persona solo será unas gafas que te permitirán verla mejor. Pero nada más. ¿oyes? Nada.

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